PRIMEROS PASOS

Después de mucho meditarlo, me he decidido a crear este blog para, a través de este medio, poder plasmar mis impresiones sobre algunos aspectos o hacer comentarios de quellas cosas que nos rodean. Aquello que atrae nuestra atención y nos hace pensar.

Os contaré... Un abrazo

18 de noviembre de 2009

MIGUEL HERNANDEZ


Siempre me emociona recordar a Miguel Hernández. Ahora,casi al cumplirse su centenario y con motivo de leer en un periódico algunos problemas existentes con la donación de toda su obra, me ha parecido oportuno rendirle un pequeño homenaje. Paso su niñez ayudando a su familia en las tareas del pastoreo,ya que sus padres se dedicaban a la crianza de ganado. Su padre le necesitaba en la realización de estas labores y él aprovechaba estos trabajos para estudiar. Toda su inspiración la recibía de la huerta, las cabras, el río...

Su padre estaba en contra de la dedicación de su hijo a la poesía,pero él se escondía y seguía cultivando esta pasión. Su vida fue dura y difícil. Por culpa de sus ideologías "viajó" de cárcel en cárcel. Tuvo tiempo,sin embargo, de dejarnos un montón de poemas bellos y tiernos, como sus "Nanas de la cebolla",dedicadas a su hijo. Cada día más enfermo,aquejado de tuberculosis,murió a los 31 años en la enfermería de una cárcel . ¡¡Qué triste es la vida!!... Seguiremos por siempre leyendo tu obra y seguiremos considerando injusto tu sufrimiento.


LAS ABARCAS DESIERTAS
Por el cinco de enero,cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría.Y encontraban los días,que derriban las puertas,mis abarcas vacías,mis abarcas desiertas.Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:siempre tuve regatos,siempre penas y cabras.Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,y del pie a la cabeza pasto fui del rocío.Por el cinco de enero,para el seis, yo quería que fuera el mundo entero una juguetería.Y al andar la alborada removiendo las huertas,mis abarcas sin nada,mis abarcas desiertas.Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana.Toda la gente de trono,toda gente de botas se rió con encono de mis abarcas rotas.Rabié de llanto, hasta cubrir de sal mi piel,por un mundo de pasta y un mundo de miel.Por el cinco de enero,de la majada mía mi calzado cabrero a la escarcha salía.Y hacia el seis, mis miradas hallaban en sus puertas mis abarcas heladas,mis abarcas desiertas.