Esta anécdota sucedió ayer y me hizo sonreir.Estaba en la farmacia. Una señora de edad avanzada espera a que le localicen un medicamento que, al parecer, había dejado encargado.
La señora repetía: "No tengo prisa. Puedo volver."
De repente, el telefono suena.
"¿Digame?"-contesta el farmacéutico-. Añade: "Pues, no, no ha venido todavía".
Entonces la pobre señora dice:" Bueno, no se preocupe, no tengo prisa. Mañaña vuelvo". Y se va.
El farmacéutico sonriendo comenta:"Creyó que se lo decía a ella. Me preguntaban si ya había venido el encargado".
¡Pobre mujer! Todos los excesos son malos, incluso los de prudencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael,es cierto.La verdad es que a mí me inspiró ternura .Un beso.
ResponderEliminarPoverina, anche a me ha fatto tenerezza! Un grande abbraccio ed una buona giornata.
ResponderEliminarMartina, parecía una señora muy dulce. Te mando un beso. Buen fin de semana.
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