Madrid ya ha comenzado a saludarnos con sus temperaturas ardientes. Los últimos días se me hacían un poquito cuesta arriba. Así que, sin pensarlo más, preparé las maletas y emprendí la retirada. Primero pasé tres estupendos días con mi familia de Torrelavega. Fue genial y disfruté de unas horas muy felices. ¡¡Qué personas tan adorables!!.
Después, a recorrer kilómetros para llegar a La Coruña, donde ya estoy y de donde no me moveré (si va todo bien) hasta primeros de Octubre. Ahora me toca saborear sus bellos paisajes, su clima, las churrascadas con familia y amigos, sus fiestas y su alegría.
Por una temporadita, he cambiado La Cibeles y la Puerta de Alcalá, por la calle Real y por este bello Puerto.
Lo que os digo: si queréis tomar un vinito de "ribeiro", animaros a venir. Seguro que os gusta.