Hoy es mi santo y pensé que lo mejor que podía hacer era celebrarlo con los míos haciendo algo un poquito especial. Por eso,y para brindarme, un "merecido descanso" en mis labores de cocina (aunque las hago con todo cariño), les invité en un restaurante a una comidita bien rica. Por lo menos les ví bastante contentos después de degustarla. El local es muy agradable y tiene bastante encanto. Se llama EL GALLO DE ORO" y se encuentra situado en Arteixo, a poquitos kilómetros de La Coruña. La comida estupenda y,mi postrecito de filloa con crema y rosquilla estaba superbueno. El personal sumamente correcto y lleno de simpatía. En fin, un día para recodar positivamente.