Quedó por siempre escrita en mi corazón. Imborrable.
en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
¡así no te querrán!
Amalia, poesía eres tú, y tú y solamente tuuuuú.
ResponderEliminarRafael,graciaaass. Me gusta y me trae recuerdos. Un beso
ResponderEliminarBellissima e struggente. ¡La poesía es el alma del mundo! Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarLa poesía es como una pintura escrita. Siempre me ha gustado. Un beso grande,Martina.
ResponderEliminarEs curioso, alguien diría que no está el tiempo para romanticismos, pero, ¿lo estaba en tiempos de Bécquer?
ResponderEliminarUn beso.
Juan Ignacio, yo creo que el romanticismo se basa en los sentimientos.
ResponderEliminarExpresar en versos las emociones siempre existirá y eso es bonito pues al menos te hace soñar.
Un beso.