Nunca me ha gustado la prepotencia. Existen
personas que se creen superiores a las demás y suelen hacer alarde de soberbia
y altivez. Creo que es una mala cualidad porque incluso su forma de actuar
puede muchas veces ser poco correcta.
Tuve ocasión de presenciar hace unos días una
escena que me causó una muy mala impresión.
Una farmacia, bastante concurrida de personas.
Una señora sentada cómodamente en una silla ordenando a una de las empleadas traerle los medicament0s que necesitaba comprar.
“Ahora me vas a traer una caja de…” “Y necesito
un frasco de…” “Nooo, te has equivocado…”. “Ya te lo he dicho antes…”.
La paciente sufridora iba y venía del
mostrador hasta el lugar donde la “marquesa de no sé qué” esperaba sus
pedidos. Mientras tanto, todas las demás
personas aguardábamos nuestro turno para ser atendidas.
Cuando por fín terminó este tormento, la
señora se levantó y, sin dar las gracias, se marchó como si nada hubiese
pasado.
Hay que aclarar que la “buena mujer” no estaba
inválida ni era todavía una anciana. Simplemente quería demostrar su poder ante
los demás. Ella era “superior”.
Ante el gesto de contrariedad de la farmacéutica,no pude evitar comentar “creo que yo no hubiera tenido tanta
paciencia”. “Tiemblo cada vez que viene”
me respondió.
Creo que es muy importante la humildad y saber
valorar a todas las personas.
El otro día, leí una frase que me gustó. Más o
menos decía así:
“ ES AGRADABLE SER IMPORTANTE PERO ES MÁS
IMPORTANTE SER AGRADABLE”