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Últimamente, casi siempre viajo en tren. Es un medio de transporte que me gusta bastante.
Las estaciones, lugar de despedidas y reencuentros, tienen un encanto especial.
Es cierto que todo ha cambiado mucho . Ni los trenes ni las estaciones son como antes pero me acercan a momentos inolvidables que siempre tendré en el corazón. ¿Cómo olvidar el famoso WAGONS-LITS , COMPAÑÍA INTERNACIONAL DE COCHES CAMAS?.
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De jovencita, me gustaba mucho comer o cenar en el coche restaurante. El entorno era muy agradable, el servicio muy bueno y la comida estupenda. Nada que ver con lo de ahora con sus bocadillos o sandwiches. Carnes, pescados, postres... productos de calidad y elaborados con gran esmero. Era un placer disfrutar de ellos mientras el tren iba recorriendo kilómetros.
Además, en muchas ocasiones, podías coincidir con personas famosas. Yo misma, tuve la oportunidad de ir conversando con un actor, precisamente en el restaurante. Fue agradable pues hablamos de teatro que tanto me gusta. Como recuerdo, conservo su autógrafo.
Mi padre, en sus muchos viajes, se encontró con bastantes personas célebres. Entre ellas, Salvador Dalí o Alfredo Kraus. Cultivó una corriente de simpatía con Don Gregorio Marañón, médico y uno de los más destacados intelectuales del siglo XX, quien, amablemente se ofreció para cualquier cosa que pudiera necesitar de él.
Pero el recuerdo más especial que tenía era el de unas monjitas con las que se encontró muchas veces. Le tomaron gran afecto y, en una ocasión, una de ellas le regaló una medallita que había pertenecido a su madre. Mi padre siempre la conservó con todo afecto.
Como digo, las estaciones y los trenes forman una parte muy importante de mis recuerdos.
(DEDICADO A MI PADRE)
Muchas gracias siempre por vuestros amables comentarios.
Un cariñoso abrazo.