Siempre me ha indignado el maltrato hacia los animales. Me cuesta creer que nadie, con un mínimo de corazón, pueda ser capaz de hacerles algún daño.Por ello, cuando tengo conocimiento de alguna noticia de este tipo, siento una gran tristeza. Hace unos días, en un pueblo de Orense, alguién arrojó al río a un burrito ya muy mayor. Por si fuera poco, le ató al cuello una piedra de quince kilos. Gracias a que una persona lo localizó, ha salvado su vida. Va siempre acompañado por un perrillo que le sigue a todas partes y que, según parece, también ha sido abandonado. No se sabía lo que iba a ser de ellos hasta hace poco, pero hoy me entero de que alguien con buenos sentimientos se va a hacer cargo de los animalitos. Desde luego ésto es para llorar. ¿Cómo se puede ser tan cruel?... Claro que hay que pensar que existen muchas personas que compran mascotas por el capricho de un día y después las abandonan en cualquier sitio para sentirse liberados y poder marcharse de vacaciones. Y lo que es peor, a veces incluso se deshacen de las personas mayores, dejándolas "olvidadas" en alguna gasolinera o enviándolas a sanatorios o residencias. Las vacaciones son lo más importante... ¡¡Qué crueldad de mundo!!. Después, siempre se culpa la sociedad, pero la sociedad la hacemos nosotros.
y esto va a peor. Vivimos en los tiempos del egoismo. Del "yo primero y si tengo que pisar cabezas, las piso" Una de mis teorías es que el estado de bienestar crea a toda esta gente. Niños mimados a los que se les cumplen todas sus exigencias, serán adultos muuuuy chungos cuando vean que las cosas cuesta conseguirlas y que necesitarán "dinero rápido" para vivir felices. Del egoismo nace el odio al prójimo y a los animales.
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