¡¡Qué gran tragedia!!....La noticia de doce personas fallecidas por cruzar las vías del tren, me ha dejado paralizada. Fueron arrolladas brutalmente,a pesar de que, el conductor del tren asegura que, al ver el grupo formado por unas treinta personas, frenó y tocó la bocina tres veces. Este pobre hombre permanece ingresado en un hospital por un fuerte "shock" y está recibiendo ayuda psicológica. Ahora, se está debatiendo quién o quiénes han tenido la culpa. Pero las víctimas, están ahí, en las vías del tren, sin poder acudir a la fiesta que tenían preparada. ¡¡Tenemos siempre tanta prisa en esta vida por llegar que no nos importa el peligro!!. Confiamos demasiado y,sobre todo, nos cuesta respetar las normas establecidas,somos demasiado osados. Dificilmente podemos reclamar algo que no hemos cumplido. Después de la tragedia, una mujer se atrevió a cruzar por las mismas vías. La policía le impuso una multa y ella contestó que no se había enterado de nada de lo ocurrido. Hay montones de casos como éste. Me da una pena muy grande porque creo que se podía haber evitado. Quien evita la ocasión, evita el peligro. Hay que ser responsables, consecuentes de nuestros actos, pero la vida es así, el destino está ahí. Nunca debieron cruzar al otro lado de esa forma. ¡¡Pobres personas!!.... Un recuerdo lleno de amoción para todos. No os mereciáis ese final.
Yo reconozco que es una pena muy grande pero es que no somos conscientes del peligro que corremos al atravesar las carreteras, los semaforos , las vías del tren, etc.Existe la inercia o tendencia del ser humano de seguir o hacer lo que hacen los demás, dejar que piensen por nosotros. Cuando estamos en un semáforo esperando a que se nos ponga luz verde para cruzar, si álguien cruza , una o dos personas aparece esa tendencia que nos hace arrancar, luego, nos damos cuenta del error que hemos cometido. En esta trajedia no hay más culpables que las propias víctimas. Se apearon del tren y la prisa por llegar a divertirse, a disfrutar, a entrar en la jarana que......., los más estúpidos y gilipoyas se pusieron a atravesar por las vías activaron esa traidora inercia en los demás llevándolos a la muerte como corderitos. En fín, que descansen en paz y que Diós nos dé luces para conservar los sentidos suficientes para seguir cumpliendo las normas establecidas para evitar estas desgracias absurdas y necias. Mundo este.
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