Siempre me gustó David Niven. Su imagen era la de un gran caballero. Era como el clásico aristócrata británico. Según dicen, tenía un carácter amable.
Nos dejó un montón de películas para recordarle: "Los cañones de Navarone", "Muerte en el Nilo", "55 Días en Pekín", "Buenos días tristeza", "La vuelta al mundo en 80 días", "Mesas separadas" (por la que obtuvo el Oscar al mejor actor en 1958)... y tantas otras que nos hicieron gozar de su presencia.
Hoy, a través de un diario, me entero de que, detrás de su imagen afable y risueña, había un gran sufrimiento. Su vida no fue feliz. Hoy descubro que fue violado de niño por sus compañeros de colegio, que su primera esposa murió prematuramente a causa de un accidente. Esta pérdida le sumió en tal dolor que estuvo a punto de suicidarse. En su segundo matrimonio, tampoco encontró la dicha y,aunque nunca quiso divorciarse, pensó incluso en cometer homicidio con su esposa. Nunca lo hizo porque sabía que no podría seguir viviendo con esta carga.
Todo ésto lo descubre su amigo Michael Munn, que ha escrito su biografía. Su título es:" La otra cara del globo". Nunca mejor dicho. Se acaba de publicar y,seguramente, me la compraré. A mí me hizo feliz con sus películas.
Gran actor, efectivamente con clase, se distinguia de cualquier otro y a mí me entretenia mucho. En la vida, por desgracia, a veces es imprescindible tener dos caras para poder sobrevivir, aunque se tenga mucho dinero.
ResponderEliminar